CHÁVEZ: LÍDER BOLIVARIANO 1989-1992 (II)

Por: Alejandro López / Historiador, Presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar y asesor de la Fundación Comandante Eterno Hugo Chávez

Un pensamiento político revolucionario y a la vez profundamente venezolano

A medida que Chávez consolida su carrera profesional dentro del Ejército venezolano y asegura posiciones de mando efectivo, se encarga de organizar un Comando Político que sistematiza los basamentos ideológicos enraizados en la identidad venezolana, plantea las líneas principales del Proyecto Nacional y señala la herramienta política para construir colectivamente una alternativa a la partidocracia imperante. Igualmente, en lo personal, comienza una etapa de preparación académica con la necesidad de estudiar, desde las estructuras jurídico-políticas, la conformación del Estado moderno contemporáneo.

Desde sus comienzos el MBR 200 desarrolló un modelo teórico-político, que parte del estudio de nuestra Historia y hace énfasis en el pensamiento autóctono y original, el liderazgo militar y geopolítico y las legítimas luchas populares. 

Es en Libro Azul, compilado finalmente en 1991, donde se recogen los lineamientos centrales del Sistema EBR. En esta marco conceptual, las ideas y acciones del Maestro Simón Rodríguez, el Líder Simón Bolívar y el General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora, se presentan como una “referencia verdaderamente válida y pertinente con el carácter socio-histórico del ser venezolano, que clama nuevamente por el espacio para sembrarse en el alma nacional y conducir su marcha hacia la vigésimo primera centuria.” 

En sus páginas, que evidencian la influencia del pensamiento de Oscar Varsavsky  también se presentan  las bases del Proyecto Nacional “Simón Bolívar” que busca transformar “…la terrible realidad en la cual ha caído la Nación venezolana actual, marcada por una crisis histórica sin precedentes, generalizada en todos sus componentes estructurales: Sub-estructura económico-social; Sub-estructura político-jurídica y Sub-estructura ideológica.”

Buena parte de las reflexiones plasmadas el Libro Azul tienen su origen en lecturas y discusiones hechas por Chávez en las bibliotecas, pasillos y aulas de la Universidad “Simón Bolívar” donde, ya como Teniente Coronel, inició una maestría en Ciencias Sociales en julio de 1990. 

Aunque los compromisos asumidos en el curso de Comando y Estado Mayor, además de las responsabilidades con el MBR 200, le impidieron continuar sus estudios: “…llegué a entregar unos primeros avances de mi anteproyecto sobre cómo lograr una transición hacia un nuevo Estado. Tema general de mi tesis. Aunque me topaba además con otra dificultad: ¿cómo un militar activo elabora una tesis sobre una transición? ¿Transición hacia dónde?” 

La figura de la Asamblea Nacional Constituyente, podría ser el punto de inicio de una transición política en Venezuela. Los congresos fundacionales de nuestra nacionalidad en 1811 y 1819, eran las referencias directas. Tanto en Caracas como en Angostura, se sancionaron textos constitucionales que acompañaron el tránsito de Monarquía a República Independiente. También, entre los años 1990 y 1991, Colombia vive un intenso proceso constituyente que fue seguido de cerca por la dirigencia política del MBR 200.  Finalmente estrategia constituyente es incorporada como una de las propuestas centrales del proyecto bolivariano.   

En tiempos donde el neoliberalismo se había expandido en buena parte de América Latina, comenzando por  Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, hasta los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari (México), Fernando Collor de Mello (Brasil) y Carlos Menem (Argentina), y se pregonaba el fin de las ideologías, en Venezuela, aquella generación Simón Bolívar II, hija del Plan Andrés Bello, se preparaba para presentarse ante el país, no sólo como una fuerza de choque, sino además como un movimiento con un proyecto, construido a partir de “…un cuerpo de doctrina original, un pensamiento político revolucionario y a la vez profundamente venezolano.” 

Se reunieron en la Plaza del Venezolano para marchar hasta el Panteón Nacional

Una vez que no se lograron los objetivos estratégicos planteados durante la Rebelión Cívico-Militar del 4 de febrero de 1992, que contemplaban: “…crear un Consejo General Nacional, integrado por militares y civiles, que designaría al nuevo Presidente y pondría en marcha una Asamblea Constituyente para refundar Venezuela y la democracia.” , el Comandante Chávez se mantuvo incomunicado en los sótanos de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) en Boleíta durante 17 días. 

Al llegar al Cuartel San Carlos, el Comandante Chávez nota que “la gente venía masivamente, como en peregrinación, a traer regalos, comida… Con su olfato o su instinto político tan peculiar, el pueblo percibió que lo del 4 de febrero no era un golpe militar clásico, que era algo diferente…”.  

En el aislamiento de los primeros días, no conoce las dimensiones que cobra la insurrección y “…jamás de los jamases nos imaginábamos que el inmenso, el grandísimo, el estruendoso resurgir de un pueblo que asumió la revolución y que cogió el camino y que tomó las calles y que tomó las ciudades y que tomó los campos y que salió de nuevo una vez más con su bandera, con su sueño, con su heroísmo, con su coraje, con su dignidad.” 

En adelante, pone en marcha un Comando Bolivariano con la intención de mantener la conspiración en curso; reorganizar al MBR 200;  reafirmar los contactos el MAS, La Causa R y los movimientos sociales; solidarizarse y participar en la protesta social y desarrollar una estrategia jurídica para todas las jerarquías y niveles militares involucrados en la insurrección.  

A los pocos días, en los alrededores del Cuartel San Carlos, símbolo del régimen colonial español y de la represión del puntofijismo, día y noche, cientos de personas se reúnen para expresar su apoyo a los jóvenes militares que habían devuelto la esperanza a millones. Tal es el movimiento de gentes y el entusiasmo colectivo, que  “Empezaba a decirse que había dos centros de poder: Miraflores y San Carlos…” 

A finales de marzo los Oficiales Bolivarianos son sancionados constantemente por sus declaraciones y manifestaciones de protesta. Denuncian maltrato e incomunicación constante, así puede constatarse en una carta escrita por el Comandante Chávez y firmada por un grupo de oficiales del MBR 200, donde se sostiene que: “Si el pueblo no está con nosotros ¿por qué no nos dejan hablar? ¿Por qué tienen que sufrir insultos nuestros familiares? ¿Por qué nos tienen que violar la correspondencia? ¿Por qué golpean a los Oficiales Bolivarianos cuando queremos exigir nuestros derechos?” 

Finalmente, se fijo el 2 de abril como el día del traslado a otro recinto carcelario, ubicado en Yare, estado Miranda. Ese mismo día “Unos manifestantes liderizados por los parientes bolivarianos presos en el Cuartel San Carlos, se reunieron en la Plaza del Venezolano para marchar hasta el Panteón Nacional, con maraquitas y ramos de flores en apoyo a la solicitud de amnistía entregada al Congreso el día anterior.”

Esta primera movilización del naciente chavismo, que ya brotaba en las calles de las ciudades y los caminos de los pueblos del país, fue ferozmente reprimida y “…la policía de Caracas arremetió con inusitada ferocidad en el centro de la ciudad contra los manifestantes, creando inmediatamente una situación que involucró  todos: civiles quienes bajaron por centenares hacia el cuartel San Carlos para defender a los presos de la supuesta amenaza contra sus vidas…”

El comandante Chávez, legítimo Líder Bolivariano, continuaría en Yare su formación histórico-política y el despliegue territorial del MBR 200. Comenzaba a gestarse, en toda Venezuela, un despertar político profundo y movilizador que “…viene del alma popular y es una fuerza que difícilmente podrá agotarse. 

FIN